En las llamadas prótesis mioeléctricas, cada dedo puede ser manejado por separado. A través de electrodos que registran la actividad muscular del muñón se activan pequeños motores eléctricos que sirven para que la mano pueda hacer movimientos de GIROy de agarre.
El otro trabajo, que se ha presentado en Science Translational Medicine, lo ha llevado a cabo un grupo de la Universidad Case Western Reserve (Ohio, EE UU) que ha conseguido la recuperación de la sensación del tacto en dos pacientes amputados mediante la implantación de prototipos de manos biónicas.
Uno de los mayores logros del desarrollo ha sido conseguir que esta sensación táctil se mantenga durante los dos años que ha durado la investigación. Esto ha sido posible gracias a unos electrodos que conectan la mano biónica con el brazo y el cerebro.
Los científicos cuentan que a uno de los pacientes, Igor Spetic, el algodón siempre le había provocado escalofríos. Después de tocar a ciegas una bola de este material con la prótesis notó como se le erizaba el vello. “Supe inmediatamente que era algodón”, declara Spetic.La función de estos electrodos es detectar la presión que ejerce el objeto al contacto con la prótesis. Esta información es enviada al cerebro convertida en impulsos eléctricos, gracias a unos algoritmos diseñados por los investigadores y que también permiten conocer la ubicación de los objetos.
Por su parte, Keith Vonderhuevel, otro paciente del estudio, fue capaz de extraer los tallos de uvas y cerezas que sostenía a ciegas. “Nuestro objetivo no es solo restaurar la funcionalidad, sino construir una reconexión con el mundo”, dice Dustin Tyker, profesor de biomedicina de la universidad estadounidense y autor principal.
